domingo, 27 de noviembre de 2011
sábado, 19 de noviembre de 2011
Santa Cecilia, patrona de la música 22 de Noviembre
Cecilia había sido una virgen de una familia senatorial romana de los Metelos, que se había convertido al cristianismo desde su infancia. Sus padres la dieron en matrimonio a un noble joven pagano, Valerius. Cuando, tras la celebración del matrimonio, la pareja se había retirado a la cámara nupcial, Cecilia dijo a Valerius que ella había entregado su virginidad a Dios y que un ángelcelosamente guardaba su cuerpo; por consiguiente, Valerius debía tener el cuidado de no violar su virginidad. Valerius pidió ver al ángel, después de lo cual Cecilia lo envió junto a la tercera piedra miliaria de la Vía Apia dónde debía encontrarse con elpapa Urbano I.
El diálogo, según la tradición, transcurrió así:
- Cecilia: Tengo que comunicarte un secreto. Has de saber que un ángel del Señor vela por mí. Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio si me respetas, el ángel te amará como me ama a mí.
- Valerius: Muéstramelo. Si es realmente un ángel de Dios, haré lo que me pides.
- Cecilia: Si crees en el Dios vivo y verdadero y recibes el agua del bautismo verás al ángel.
- Valerius obedeció y fue al encuentro de Urbano, el papa lo bautizó y Valerius regresó como cristiano ante Cecilia. Entonces se apareció un ángel a los dos y los coronó como esposos con rosas y azucenas. Cuando Tiburcio, el hermano de Valerius, se acercó a ellos, también fue convertido al cristianismo y a partir de entonces vivió con ellos en la misma casa, en completa pureza.
El prefecto Turcio Almaquio condenó a ambos hermanos a la muerte. El funcionario del prefecto, Máximo, fue designado para ejecutar la sentencia. Pero se convirtió al cristianismo y sufrió el martirio con los dos hermanos. Cecilia enterró sus restos en una tumba cristiana. Luego la propia Cecilia fue buscada por los funcionarios del prefecto. Fue condenada a morir ahogada en el baño de su propia casa. Como sobrevivió, la pusieron en un recipiente con agua hirviendo, pero también permaneció ilesa en el ardiente cuarto. Por eso el prefecto decidió que la decapitaran allí mismo. El ejecutor dejó caer su espada tres veces pero no pudo separar la cabeza del tronco. Huyó, dejando a la virgen bañada en su propia sangre. Cecilia vivió tres días más, dio limosnas a los pobres y dispuso que después de su muerte su casa debía dedicarse como templo. El obispo Urbano la enterró en la catacumba de Calixto, donde se sepultaban los obispos y los confesores.
viernes, 18 de noviembre de 2011
SANTA CECILIA
SANTA CECILIA, VIRGEN Y MÁRTIR
Día 22 de noviembre
Fue Cecilia una ilustre doncella romana, que desde luego escogió por herencia suya a Jesucristo, consagrándole su virginidad. En medio de eso, sus padres la desposaron con un caballero joven, llamado Valeriano, y se comenzaron á dar disposiciones para la boda, siendo todo fiestas, diversiones, música y saraos, mientras aquéllas se concluían. Sólo el corazón de Cecilia estaba cubierto de tristeza y de dolor. Al mismo tiempo que en la gala exterior brillaba el oro y la más preciosa pedrería, traía á raíz de sus delicadas carnes un áspero cilicio, y pasaba la noche en fervorosa oración para alcanzar del Señor que desvaneciese aquel tratado, ó, en caso de efectuarse, la amparase con extraordinaria protección para conservar intacta su virginal integridad. Cuando oía los instrumentos músicos que resonaban en casa de sus padres, elevando su espíritu á su Celestial Esposo, le decía: Una gracia os pido, dulcísimo Jesús mío, y es que ni mi corazón ni mi cuerpo pierdan jamás ni una mínima parte de su entereza; no sea frustrada yo de este favor que espero de vuestra omnipotencia. Llegó, en fin, el día de la boda; pero aquel Dios, en quien había puesto toda su confianza, fue guarda fiel de su virginal pureza, y ella con sus palabras persuadió a su esposo de dejarla voluntariamente virgen.
SANTA CECILIA
Santa Cecilia 22 De Noviembre
El prefecto Turcio Almaquio condenó a ambos hermanos a la muerte. El funcionario del prefecto, Máximo, fue designado para ejecutar la sentencia. Pero se convirtió al cristianismo y sufrió el martirio con los dos hermanos. Cecilia enterró sus restos en una tumba cristiana. Luego la propia Cecilia fue buscada por los funcionarios del prefecto. Fue condenada a morir ahogada en el baño de su propia casa. Como sobrevivió, la pusieron en un recipiente con agua hirviendo, pero también permaneció ilesa en el ardiente cuarto. Por eso el prefecto decidió que la decapitaran allí mismo. El ejecutor dejó caer su espada tres veces pero no pudo separar la cabeza del tronco. Huyó, dejando a la virgen bañada en su propia sangre. Cecilia vivió tres días más, dio limosnas a los pobres y dispuso que después de su muerte su casa debía dedicarse como templo. El obispo Urbano la enterró en la catacumba de Calixto, donde se sepultaban los obispos y los confesores.
El relato así no tiene valor histórico; es un romance pío, como tantos otros recopilados en los siglos V y VI. La existencia de los mencionados mártires, sin embargo, es un hecho histórico. La relación entre Cecilia y Valeriano, Tiburcio y Máximo, mencionados en las Actas, tienen quizá algún fundamento histórico.
Santa Cecilia
Durante más de mil años, Santa Cecilia ha sido una de las mártires de la primitiva Iglesia más veneradas por los cristianos. Su nombre figura en el canon de la misa. Solía llevar un vestido de tela muy áspera bajo la túnica propia de su dignidad, ayunaba varios días por semana y había consagrado a Dios su virginidad. Pero su padre, que veía las cosas de un modo diferente, la casó con un joven patricio llamado Valeriano. Cecilia se sentó en un rincón a cantar a Dios en su corazón y a pedirle que la ayudase. Cuando los jóvenes esposos se retiraron a sus habitaciones, Cecilia, armada de todo su valor, dijo dulcemente a su esposo: "Tengo que comunicarte un secreto. Has de saber que un ángel del Señor vela por mí. Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio si me respetas, el ángel te amará como me ama a mí." Valeriano replicó: "Muéstramelo. Si es realmente un ángel de Dios, haré lo que me pides." Cecilia le dijo: "Si crees en el Dios vivo y verdadero y recibes el agua del bautismo verás al ángel." Valeriano accedió y fue a buscar al obispo Urbano, quien se hallaba entre los pobres, cerca de la tercera mojonera de la Vía Apia. Urbano le acogió con gran gozo. Entonces se acercó un anciano que llevaba un documento en el que estaban escritas las siguientes palabras: "Un solo Señor, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todo y en nuestros corazones." Urbano preguntó a Valeriano: "¿Crees esto?" Valeriano respondió que sí y Urbano le confirió el bautismo. Cuando Valeriano regresó a donde estaba Cecilia, vio a un ángel de pie junto a ella. El ángel colocó sobre la cabeza de ambos una guirnalda de rosas y lirios. Poco después llegó Tiburcio, el hermano de Valeriano y los jóvenes esposos le ofrecieron una corona inmortal si renunciaba a los falsos dioses. Tiburcio se mostró incrédulo al principio y preguntó: " ¿Quién ha vuelto de más allá de la tumba a hablarnos de esa otra vida?" Cecilia le habló largamente de Jesús. Tiburcio recibió el bautismo, y al punto vio muchas maravillas.
Desde entonces, los dos hermanos se consagraron a la práctica de las buenas obras. Ambos fueron arrestados por haber sepultado los cuerpos de los mártires. Almaquio, el prefecto ante el cual comparecieron, empezó a interrogarlos. Las respuestas de Tiburcio le parecieron, desvaríos de loco. Entonces, volviéndose hacia Valeriano, le dijo que esperaba que le respondería en forma más sensata.
Oracion de Santa Cecilia: "Se abrió su boca para dar lecciones de sabiduría y está en sus labios la ley de bondad. Se levantó su esposo y la colmó de alabanzas. "
miércoles, 9 de noviembre de 2011
LOS DERECHOS HUMANOS
EL DERECHO A LA LIBERTAD RELIGIOSA
El derecho a la libertad religiosa ha sido y es uno de los temas más evocados por casi todas las regulaciones y declaraciones que se han realizado en el mundo.
No se trata de un derecho humano que —por su contenido— las sociedades tratan de privilegiar respecto a los otros derechos humanos. En realidad se lo debe defender como el test que mejor detecta la medida con que cada sociedad respeta al hombre en su dignidad más profunda:
SUS CREENCIAS RELIGIOSAS.
Ahora bien, si alguien nos preguntara: «¿Cuál es la naturaleza del derecho a la libertad religiosa?»; o bien, «¿En qué consiste el derecho a la libertad religiosa?», ¿qué responderíamos?.
A mi modo de ver, deberíamos responder diciendo que «la libertad religiosa consiste en que todos los hombres estén inmunes de coacción, tanto por parte de personas particulares como de grupos sociales y de cualquier potestad humana; y ello, de tal manera, que en materia religiosa ni se obligue a nadie ni se le impida a ninguno que actúe conforme a ella, en privado o en público, solo o asociado con otros, dentro de los límites debidos».
Ya la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948, en París, había aprobado la «Declaración Universal de Derechos Humanos»; en cuyo Preámbulo, refería «que el desconocimiento y menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que constituye la aspiración más elevada del hombre el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de libertad de creencia».
Más adelante, en el número 13, agrega que —entre otros derechos humanos mencionados allí— «Toda persona tiene derecho (…) a la libertad de pensamiento, de conciencia y religión».
Insisto, el privilegio unido a la regulación seria y respetuosa de este derecho sobre los demás derechos humanos nos dará siempre una pauta de la madurez de aquellas sociedades que —por ser tales— están dispuestas a respetar al ser humano en su dignidad más profunda: SUS CREENCIAS RELIGIOSAS.
martes, 8 de noviembre de 2011
DERECHOS HUMANOS
Es un hecho históricola aprobación de la Ley de Igualdad Religiosa, que fue aprobado en el último Pleno del Congreso por amplia mayoría y exonerado de segunda votación con el respaldo de 56 votos a favor, ninguno en contra y cinco abstenciones, el proyecto de Ley de Libertad e Igualdad Religiosa por el cual se propone dar el marco legal que permita garantizar el ejercicio de estos derechos a la libertad religiosa en términos de igualdad.
a o la Ciudad de las Tres Culturas, con la convivencia de judíos, musulmanes y cristianos.
da una de las religiones, pero sí existen
lunes, 7 de noviembre de 2011
J.M.J
Toledo Cuna de la Tres Culturas
TOLEDO CUNA DE LAS RELIGIONES
Toledo fue cristiana desde el siglo IV siendo parte del imperio Romano.
La mezquita mayor estaba en el emplazamiento actual de la catedral. La noria en la orilla del Tajo, en el parque Safont, es herenci
a de las técnicas de regadío musulmanas.
Había un solar ocupado en el siglo XIV. En el claustro catedralicio era conocido como Judería o Alcanáa.
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http://www.youtube.com/watch?v=soYm_dayuX0
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San Isidro labrador Nació en el año 1082 Y falleció el 30 de noviembre de 1172 San Isidro, estuvo casado con Santa...